Origen de la escritura árabe

Si te apasiona aprender nuevas lenguas y conocer culturas nuevas sin duda te fascinará conocer el origen de los diferentes alfabetos y tipos de escritura. En este artículo concreto nuestros mejores expertos te cuentan cuál es el origen de la escritura árabe y te presentan algunas claves muy interesantes para conocer este tipo de escritura.

El origen de la escritura árabe

Sin duda el árabe es un idioma totalmente diferente al español que cuenta con un alfabeto especialmente particular ya que es distinto al alfabeto latino al que estamos acostumbrados en occidente. Se trata de un alfabeto que es el segundo que más se utiliza en todo el mundo y no se usa únicamente en el árabe sino también en persa, hurdu, malayo y otras lenguas.

En cuanto a los orígenes de la escritura árabe, como nos dicen desde el portal ComoSeEscribe, podemos encontrar tres períodos diferentes. El primero de ellos pertenece al árabe preclásica y data de antes del islam en lo que actualmente se conoce como Siria y Palestina. Entonces se llamaba imperio de Palmira y sin duda los árabes eran la civilización predominante, aunque más tarde serían invadidos por los romanos. Como todavía no existía una forma uniforme de escritura árabe se usaba en varias formas el alfabeto arameo.

Más tarde encontramos el árabe clásico, que es el que puede encontrarse en el Corán. Cabe reseñar que el Corán es el primero libro en escritura árabe clásica que existe en la historia. Este libro presentaba una escritura rítmica muy parecida a la poesía. Ya en el siglo VIII se empezó a normalizar y unificar la lengua conforme se iba expandiendo el Islam y el árabe clásico se uso como lengua literaria y erudita que sigue vigente actualmente (como podría ser el latín en la actualidad).

A partir de aquí empezó a usarse el árabe moderno normativo entre los siglos XIX y XX cuando empezaron a dominar las nuevas élites, que decidieron ir adaptando el árabe al mundo de occidente. Así, el árabe moderno se parece bastante al clásico pero tiene un vocabulario mejor adaptado al mundo contemporáneo aunque la escritura, la morfología y la sintaxis siguen siendo iguales.

Por otro lado, es importante reseñar, ya que mucha gente no lo conoce, que por curioso que parezca la escritura árabe y la latina tienen los mismos orígenes que datan del alfabeto fenicio. Es por esto que aunque los diferentes alfabetos (árabe, griego, hebreo, latino…) son muy distintos en algunos puntos los nombres de las letras y también el orden alfabético es el mismo. Es decir, son las mismas listas de letras aunque cambien muchos otros aspectos de la escritura.

Así, además de los nombres de las letras las formas de éstas también se han ido adaptando a los diferentes alfabetos con lo que, aunque estos alfabetos han variado muchísimo de la forma original, podemos decir que el origen es el mismo. Ahora bien, hace tres mil años desde que se empezaron a desarrollar estos alfabetos y por tanto las formas de las letras han cambiado muchísimo más deprisa que los nombres de éstas y es por ello que la única letra árabe que se sigue pareciendo algo en la escritura latina es la L y solamente si se pone del revés.

La dirección de la escritura árabe

En cuanto a la dirección de la escritura árabe cabe reseñar que en tiempo de los fenicios no todo el mundo ni siempre se escribía en el mismo sentido. Los fenicios casi siempre escribían de izquierda a derecha pero también se han encontrado textos e inscripciones mezcladas en las que escribían en todas las direcciones posibles.

Es por esto que en la escritura árabe se continúa escribiendo en la misma dirección que los fenicios escribían por norma general como hace tres mil años mientras que somos los que usamos el alfabeto latino los que hemos cambiado de forma total la dirección de la escritura y por tanto si alguien “escribe al revés” realmente somos los que usamos el alfabeto o el tipo de escritura latina y no la escritura árabe aunque como estamos acostumbrados a nuestro punto de vista consideramos que son es la escritura árabe en la que se escribe al revés.